Ajo: Reduce el nivel de grasas en la sangre, disminuye los niveles del colesterol malo y protege el corazón y las arterias. Refuerza las defensas del organismo. Normaliza los niveles elevados de tensión arterial.
Cebolla: Son una fuente de fibra, lo que contribuye a la ingesta de fibras solubles. El tipo de fibra presente en las cebollas puede reducir la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares, insuficiencias cardíacas e infartos. Tiene propiedades bactericidas y estimula el funcionamiento del hígado.